Existe la creencia entre los entusiastas de la flora de que más CO 2 en el aire significa un mejor crecimiento y desarrollo de las plantas. ¿Es esto un hecho o un mito? Según un conocido proverbio: “puedes tener demasiado de algo bueno”. Si bien es cierto que la presencia de CO 2 en el aire es un factor esencial para la vida de las plantas, no es correcto asumir que las plantas necesitan tanto dióxido de carbono como sea posible para prosperar.
¿Por qué las plantas necesitan dióxido de carbono?
Las células vegetales, al igual que las células animales, requieren una cierta cantidad de energía, que utilizan para transportar agua y minerales a todos sus tejidos. Esta energía también se utiliza para sintetizar los compuestos orgánicos que las plantas necesitan para su correcto crecimiento y desarrollo. El portador de esta energía es ATP, trifosfato de adenosina , una molécula diminuta que almacena energía preciosa en sus enlaces químicos. El ATP se produce durante la fotosíntesis, que tiene lugar en las partes verdes de la planta. El dióxido de carbono es vital para este proceso. En términos simples, las células vegetales producen compuestos orgánicos a partir de dióxido de carbono y agua utilizando la energía proporcionada por ATP. Como resultado, las plantas liberan oxígeno para que los humanos y los animales respiren.
¿Cuál es la relación entre las plantas y el CO 2 ?
- Resulta que el exceso de dióxido de carbono en el entorno de vida de las plantas puede ser dañino. ¿Cómo afecta el CO 2 a las plantas? ¿Qué cantidades son óptimas para su crecimiento y desarrollo?
Es un hecho que las plantas absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno. Sabiendo que el CO 2 es esencial para que las plantas vivan, a menudo llegamos a los extremos al suponer que cuanto más se lo suministremos a las plantas, más oxígeno producirán. Desafortunadamente, la concentración excesivamente alta de CO 2 en algunas plantas hace que la fotosíntesis se ralentice e incluso debilita los mecanismos de defensa de las plagas (por ejemplo, en la soja). También hay evidencia de que, históricamente, muchas especies de plantas han sufrido mucho a lo largo de los años por el aumento repentino de la concentración de dióxido de carbono en el aire . Cabe señalar que las plantas también necesitan nutrientes para crecer correctamente. Por ejemplo, si descuidamos otros nutrientes como el nitrógeno, el crecimiento de las plantas puede atrofiarse. Se recomienda moderación, aunque en el caso de algunas plantas, la relación entre los requerimientos de dióxido de carbono y otros componentes puede variar bastante.
¿Cómo comprobar la concentración de dióxido de carbono?
El contenido de CO 2 se mide en unidades de ppm (partes por millón). La concentración más común en condiciones naturales está entre 300 y 400 ppm. Curiosamente, en el cultivo de interior, los niveles de CO 2 se pueden aumentar hasta entre 900 y 1500 ppm. Sin embargo, se debe tener cuidado de no dañar las plantas y ralentizar la fotosíntesis.
La concentración de CO 2 es óptima. ¿Qué más necesitan las plantas?
El dióxido de carbono es un elemento esencial para el correcto desarrollo de las plantas, pero la sobreabundancia definitivamente las perjudica. Mientras se asegura que las plantas reciban un suministro óptimo de CO 2 , no se deben olvidar otros factores necesarios para la fotosíntesis. Las plantas que reciben una gran cantidad de CO 2 también necesitan más agua, minerales y luz. Por eso, el riego regular, un sustrato adecuado (tierra) y una luz solar óptima son tan importantes.
La demanda de CO 2
El CO 2 es uno de los componentes más importantes que las plantas necesitan para su correcto desarrollo. Sin embargo, debemos recordar que hay algunas plantas que tienen una demanda mucho mayor de dióxido de carbono que otras. Estos incluyen, en particular, plantas suculentas y de acuario. Esto se debe principalmente a las condiciones que estas plantas necesitan para su correcto desarrollo. Las suculentas almacenan agua en sus hojas o bulbos, por lo que no requieren un riego intensivo y frecuente. Las reservas de agua significan que el requerimiento de dióxido de carbono de estas plantas será considerablemente mayor que el del helecho clásico o el lirio de la paz. Por el contrario, las plantas de acuario crecen principalmente en la arena, no en el suelo. En consecuencia, obtienen menos nutrientes del sustrato que las plantas que necesitan suelo fértil para crecer correctamente. Estas plantas necesitan dióxido de carbono para prosperar: promueve su crecimiento y apoya el proceso de fotosíntesis.
Sin CO 2 no habría plantas
Existen numerosas teorías sobre el requerimiento real de CO 2 de las plantas. En la mayoría de los casos, el dióxido de carbono es necesario para que las plantas se desarrollen adecuadamente. Algunas especies de plantas necesitan más, otras menos. El hecho es que, independientemente de la especie, el dióxido de carbono es uno de los componentes más cruciales que las plantas necesitan para vivir. Sin embargo, es importante equilibrar la demanda de CO 2 y el suministro de otros nutrientes igualmente importantes. Esto proporcionará a las plantas las mejores condiciones para su crecimiento y desarrollo.