A la hora de elegir alimentos en la tienda, cada vez más comprobamos si proceden de agricultura ecológica. Uno de los objetivos clave de la gestión sostenible es minimizar la contribución de los productos químicos contenidos en los fertilizantes, entre otras cosas, y utilizar en su lugar productos orgánicos. Podemos preparar fertilizantes naturales nosotros mismos, utilizando muchos de los productos disponibles en nuestros hogares. ¿Qué debemos usar para fertilizar el suelo para reducir la proporción de químicos o eliminarlos por completo de nuestros cultivos?
¿Por qué debemos usar fertilizantes naturales?
Hay muchas razones por las que vale la pena usar fertilizantes orgánicos para cultivar vegetales, frutas o flores. La primera ventaja se revela en su propio nombre, es decir, el carácter natural de este tipo de productos. Los fertilizantes producidos a partir de sustancias o desechos orgánicos pueden reducir la proporción de productos químicos en los cultivos, lo cual es invaluable desde el punto de vista ambiental. Otra de las ventajas de los abonos orgánicos es que no cuestan nada y los podemos producir nosotros mismos a partir de los residuos que se producen en los hogares. Muchas personas se sorprenden cuando escuchan que… los posos de café o las ortigas del jardín son perfectos para fertilizar las plantas. Al convertir los desechos domésticos, pero también las hojas viejas, el césped o las ramas, en un fertilizante valioso, podemos reducir la cantidad de basura que se acumula en nuestros hogares. Gran parte de los desechos, en lugar de terminar en el basurero, podrían tener una ‘segunda vida’ y contribuir a un mejor crecimiento de nuestras plantas.
Fertilizantes orgánicos: tipos y aplicaciones
Los fertilizantes naturales más utilizados que se pueden producir para uso personal sin mayores problemas son, entre otros:
- estiércol,
- compost,
- posos de café y té,
- las hojas del año pasado,
- ceniza de la chimenea,
- ortiga.
Cada uno de ellos se puede utilizar para fertilizar una variedad de cultivos. Aquí hay algunos consejos útiles sobre cómo producir fertilizantes orgánicos a partir de los materiales mencionados anteriormente. Estiércol: un fertilizante popular y muy valioso Es el primer pensamiento de muchas personas cuando oyen hablar de los fertilizantes orgánicos. No es de extrañar: este desecho natural, que es un subproducto de la cría de aves y cerdos, pero también del ganado bovino o equino, se caracteriza por un rico contenido de nutrientes y elementos, principalmente nitrógeno, que es esencial para el crecimiento efectivo de las plantas. La fertilización efectiva con estiércol consiste en esparcirlo sobre el cultivo y luego mezclarlo con el suelo volteándolo. Compost: una valiosa fuente de humus Otro fertilizante completamente natural que no necesita preparación especial es el compost, es decir, una mezcla de hojas, hierba cortada, ramas, cáscaras de huevo, restos de vegetales, vegetales podridos y cáscaras. Agregarlo al suelo aumenta la cantidad de humus natural, también se retiene la humedad. El compost es un excelente fertilizante para hortalizas, árboles frutales, jardines de flores y flores. Ceniza para un mejor crecimiento Magnesio, calcio, fósforo y sodio son los elementos más importantes de los cuales la ceniza de madera, obtenida por ejemplo quemando leña en la chimenea, es una fuente valiosa. Sin embargo, es importante recordar que este es un fertilizante de pH alto y no debe usarse junto con el encalado del suelo. Fertilizantes de té y café También podemos utilizar con éxito los posos de café o té para el cultivo de plantas. Dicho fertilizante se recomienda especialmente para fertilizar flores: rosas, azaleas, rododendros y hortensias, pero también para zanahorias, bayas y especialmente arándanos. Los terrenos demasiado secos deben mezclarse con tierra en una proporción de 1:3, el siguiente paso es esparcir esta mezcla sobre las plantas. La fertilización no debe tener lugar más de una vez al mes. Las hojas del año pasado como abono ecológico Si en nuestra propiedad crecen árboles de hoja caduca, vale la pena recoger las hojas que caen en otoño para preparar un valioso abono para el próximo año. Las hojas se deben triturar, cubrir con agua y hervir durante aproximadamente 5 horas hasta obtener una masa homogénea y densa. Después de enfriar, se puede colocar, por ejemplo, debajo de los geranios. El purín de ortiga es ideal para las plantas Otra idea para un fertilizante orgánico para uso doméstico es el purín de ortiga, que es una valiosa fuente de hierro, nitrógeno, fósforo y muchas otras sustancias beneficiosas. Modo de preparación: 1 kg de ortiga fresca (o 200 g de seca), añadir 10 l de agua y dejar actuar un mínimo de 2 semanas removiendo diariamente. Una vez finalizada la fermentación, utilice el purín para la fertilización de hortalizas, arbustos frutales o plantas perennes, diluyendo el purín en agua en una proporción de 1:10.
¿Se pueden producir fertilizantes naturales a escala industrial?
El uso de diferentes tipos de desechos domésticos para fertilizar vegetales, cultivos frutales o flores permite reducir significativamente, y en ocasiones incluso prescindir por completo, del uso de productos químicos. Los objetivos de sostenibilidad también son muy importantes para los productores de fertilizantes, que incluyen cada vez más productos basados en ingredientes orgánicos en su selección. Un buen ejemplo es el estiércol que podemos comprar en la tienda en forma de gránulos secos e inodoros. La ventaja de utilizar fertilizantes naturales, por supuesto, además de limitar la concentración de compuestos sintéticos, es también la introducción de humus y materia orgánica en el suelo, que es un componente extremadamente importante de cualquier suelo. También vale la pena señalar que muchos fertilizantes orgánicos consisten en sustancias seguras para las plantas, lo que significa que el riesgo de fertilización excesiva es mucho menor que en el caso de los productos químicos.