Los aditivos que aumentan la resistencia del hormigón se utilizan para mejorar las propiedades mecánicas del hormigón, como la resistencia a la compresión, el estiramiento, la abrasión o el hinchamiento. Se utilizan para modificar una mezcla de hormigón o un hormigón endurecido. Se pueden distinguir los siguientes tipos de aditivos:
- Aditivos minerales (por ejemplo, microsílice): debido a su tamaño de partícula muy pequeño, el SiO 2 penetra en los espacios entre los granos de cemento, llenando los microporos resultantes. Debido a esto, aumenta su fuerza;
- aditivos para cemento (por ejemplo, cemento aluminoso): utilizados en aplicaciones especializadas, como la producción de productos resistentes al calor, reparación de hormigón en condiciones químicamente agresivas o para reparaciones impermeables;
- aditivos químicos (por ejemplo, cloruro de calcio): aceleran el fraguado del hormigón y aumentan su resistencia;
- aditivos fibrosos (por ejemplo, fibras de acero y fibras poliméricas): aumentan la resistencia al agrietamiento y a los cambios de temperatura;
- Aditivos para una reacción puzolánica (por ejemplo, cenizas volantes): provocan la formación de microburbujas en el hormigón, lo que aumenta su volumen y reduce el peso unitario.